Viaje al corazón (pulverizado) de Argentina: la nación llevada al límite por Cristina Kirchner, donde la población agoniza con un 71% de inflation PlatoBlockchain Data Intelligence. Vertikaalne otsing. Ai.

Viaje al corazón (pulverizado) de Argentina: la nación llevada al límite por Cristina Kirchner, donde la población agoniza con un 71% de inflation

Resignada, vastupidav, dessperada, agonist, nördinud… Hay tantos términos que podrían definir el estado de ánimo fluctuante y al límite de la sociedad argentina tegelik como tipos de cotización de cambio de su moneda oficial -el peso- por dólares. Bienvenidos al país del tango, el asado, el fútbol, ​​Maradona, Evita, el Papa Francisco, Messi y tantos otros íconos universales, que también es célebre por sus állandós kriis económicas y por la debacle cada vez más pronunciada de una tierra que -durante buena parte del siglo XX- fue llamada por sus riquezas “crisol de razas”, o “granero del mundo”.

El país sudamericano vuelve estas semanas a acaparar los titulares de los põhimõtted medios de comunicación internacionales. Como tantas otras veces, padece una kriis kolosaalne, que es observada hasta con extrañeza por analistas de The Economist, Bloomberg y The New York Times, entre tantos otros.

El pasado mes, precisamente, NYT decidió enviar durante dos semanas a sus corresponsales et Sudamérica Jack Nicas ja Ana Lankes Buenos Airesest. El objetivo fue que intentaran vivir el día a día como cualquier ciudadano de a pie argentino. Es decir, que cogieran metros y bussies, que consumieran en bares y restaurantes, y que realizaran la compra en el supermercado. Nadie puede entender cómo los argentinos conviven con hoy con una inflación del 71 por ciento anual, y el experimento del periódico norteamericano constiió en hacer un testeo "en primera persona" de este ainsuses caso mundial.

Pero antes de reproducir algunas de sus 'percepciones', conviene repasar datos, cifras y hechos recientes que, aunque parezcan de ciencia ficción, son reales en el país sudamericano.

La sociedad argentina es, históricamente, la más adicta a comprar dólares estadounidenses de todo el globo. Mantiene una relación tóxica, obsesiva y enfermiza con esa moneda. No porque les excite la imagen de Benjamin Franklin en los billetes verdes, sino porque desprecian el peso, fruto de innumerables decepciones y depreciaciones continuadas en los últimos cincuenta años.

Tienen tanta divisa norteamericana guardada bajo los colchones, en armarios con doble fondo, en cajones secretos o en botes de azúcar de la cocina (porque) tampoco creen en los bancos, en un escenario agudizado post-corralito de 2001), que en ese país es donde hay más dólares que en cualquier otro lugar fuera de EE.UU. El Banco Central del país estima que los hogares argentinos y las empresas no financieras poseen más de 230.000 miljonit en activos financieros extranjeros, principalmente en moneda estadounidense.

Una depreciación infinita del peso, que ya no vale nada

Hace cuatro años, con 18 peesot un argentino compraba un dólar en el mercado cambiario negro o paralelo, el espacio al que suelen acudir desesperados porque el Gobierno les pone un cerrojo para impedir que cambien en los bancos, al valor oficial (loso compiudalar'200 daarend'XNUMX daaquenos en blanco'). Hace un año, esa misma persona necesitaba 180 peesot para hacerlo. ¡Hoy requiere desprenderse de 300 para adquirir una unidad de dolar! Saque usted entonces la conclusión de cuánto se ha pulverizado el peso en menos de un lustro…

Argentina ha reflotado desde 2019 todo el poder de Cristina Fernandez, la viuda de Néstor Kirchner. Tras perder las elecciones presidenciales de 2015, ella se había recluido en el silencio abismal de la Patagonia argentina. “Era un cadáver político”, reconocen muchos analistas. Pero una penosa gestión económica de Mauricio Macri, su archienemigo y presidente del país entre 2016 y 2020, resucitó a la mujer y politica más poderosa de la historia 'gaucha', tras Evita Perón.

Cristina (amada y odiada a partes casi iguales por una sociedad absolutamente dividida) volvió hace menos de tres años a la gran escena. Pero como sabía de los enconos que había generado con su estilo visceral del “vamos por todo” y sus inmensas causas judiciales abiertas aún por corruption, ideó un plan maquiavélico, que en principio le dio resultado: colocó como candidato presidencial a quien fue el histórico jefe de ministeros de su marido, Alberto Fernández. Estaban distanciados, porque durante mucho tiempo éste la había kritika con dureza, una vez muerto Kirchner. No obstante, su carácter más moderado hizo que Cristina lo eligiese. El plan era sencillo: para “las fotos” gobernaría él… aga ella mandaría en las sombras. Efectivamente, Alberto ganó. En los papeles él es el presidente y ella la vice, pero él se convirtió en un títere, y ella la 'dama del poder', veel kord.

Hasta hace pocas semanas, Cristina de Kirchner on pühendunud majandusministeeriumi vapulear al (hoy ex) ministrile Martin Guzman, uno de los pocos que había elegido su delfín forzoso… Guzmán tenía un estilo dialoguista, predispuesto y conciliador para renegociar la deuda con el FMI, organismo al que Argentina le debe 44.000 miljonit… Es el principal deudor del organismo de todo el planeta.

Üles Financial Times on elogiado ja Guzmán: “Había dirigido exitosas reestructuraciones de deuda con acreedores privados y el FMI, pero era odiado por Fernández de Kirchner y sus aliados por negarse a gastar más”, señaló el medio en un reciente juhtkiri, en el que agregaba: “Su salida privó al Gobierno de su única figura creíble”. Efectivamente, CFK consiguió derribarlo tras hacerle la vida (y la gestión) võimatu. Guzmán renunció el pasado 2 de julio. Durante los siguientes 26 días, el valor del peso cayó un 26 por ciento. Le sucedió en el cargo la ignota Silvina Batakis (un nombre aceptado por Kirchner, tras la negativa de otros 6 economistas para asumir esas funciones): duró vähem kui 4 nädalat et el cargo, ya que fue expulsada. Se convirtió en el 21 ministro de Economía argentina de la historia que duraba dos meses o menos en su cargo.

Hoy el ministro de Economía argentino es Sergio Massa, depositado en el cargo Cristina, por más que durante muchos años fue un rival político de peso. Pero ella se ha encomendado a su suerte como último recurso para intentar llegar con alguna posibilidad a las elecciones presidenciales del próximo año. Alberto Fernández, mientras tanto, ya es solo un personaje de utilería y relleno, Sentenciado y sin posibilidad alguna de seguir sobreviviendo políticamente more allá de 2023.

71% de inflación interanual, y tres dígitos hacia fin de año, según las previsiones

No lo tiene para nada fácil Massa: la inflación ha alcanzado el 71% aastas en julio, y llegará a los kolm numbrit a fin de año. El IPC del pasado mes se desbocó un 7,4%. La deuda soberana, reestructurada hace menos de dos años por el propio Guzmán, está nuevamente cotizando a niveles de máxima tensión. Por ello, el Fondo ya le ha exigido a Massa que reduzca el déficit de manera urgente y apruebe políticas monetarias más estrictas.

Por otra parte, Argentina es el país “Sudamérica vaikimisi püsijuht” o que más ha entrado en default (cesación de pagos) de la región en toda la historia. "Sus recursos y riqueza naturales son inmensas y debería estar viviendo un boom pero, en cambio, está encaminada a uno de sus habituales colapsos”, selle Financial Timesi hiljutine teave

Por el escalofriante déficit del sektori público, por permanecer fuera de los mercados internacionales luego del último default de 2020 que le impide financiarse, por emitir de manera imparable peesod ja más peesod para cubrir la brecha (y más deuda doméstica a tasas de interés récord -la mayoría indexada a la inflación-) el país se encamina a la ruina, según otro reciente edition del citado medio británico. No es la primera vez que ocurriría ni será la última. 2001 el país entró en coma casi pöördumatu, con el corralito financiero. Logró salir, pero las crisis en Argentina son espasmódicas, cíclicas, crónicas… brutales.

De todos los parámetros y estadísticas que avergüenzan a Argentina, hay uno que para quien esto escribe es el más bochornoso y humillante. En el país de la carne por doquier, de los campos repletos de soja, de las materias primas infinitas para exportar al planeta, del emporio de los alimentos que llegaron en barcos a la España de la hambruna y posguerra civil, enviados por Juan Domingo Pere en el siglo pasado, el 37,2% de los habitantes hoy es pobre. Peaaegu 20 miljonit inimest viven por debajo del umbral de la pobreza. Esas son las estimaciones públicas, pero los relevamientos privados agudizan con espanto el panorama: encuestas como la de la Universidad Católica argentina cifran en más de un 40% la pobreza. Cada día 2.800 isikut siseneb engrosar las filas del hambre. En el primer trimestre del año la indigencia creció un 19,7%. Y hoy, uno de cada dos menores de 16 años en el país no tiene sus necesidades básicas de alimentación satisfecha. Es decir, pasa hambre.

Una de las economías más extrañas, imposible de comprender para el resto del mundo

Mientras naciones como EE.UU o España miran con pavor como sus habitantes padecen la inflación más elevada en décadas, que gira en torno al 9%, la pregunta nace por sí sola… ¿cómo hacen entonces los argentinos que respiran con una inflación diez veces superior, bordeando ya el 100%?

See on kirjas New York Timesis ja Buenos Aireses. La semana pasada, el reportaje finalmente salió publicado, bajo el título: “¿Crees que el 9% de inflación es malo? Kujutage ette 90%”. Los periodistas reflexionan en esa pieza: "Mientras el mundo lidia con el aumento de los precios, un recorrido por Argentina revela que los años de inflación pueden originar una economía muy extraña”.

Los periodistas convivieron en las calles y en los despachos con economistas, políticos, granjeros, restauradores, agentes inmobiliarios, peluqueros, taxistas, cambistas, artistas callejeros, vendedores ambulantes, desempleados…

„Los argentinos han desarrollado unación muy inusual con su dinero. Gastan sus pesos tan rápido como los obtienen. Compran de todo, desde televisiones hasta peladores de patatas, a plazos. No confían en los bancos. Apenas usan los créditos. Y después de años de aumentos constantes de precios, tienen poca idea de cuánto deberían costar las cosas”, señalan Jack Nicas y Ana Lankes.

No dudan en señalar que “su economía es võimatu aru saada en casi cualquier otra parte del mundo. Los precios fluctúan tanto que en las últimas semanas muchas empresas han detenido las ventas para ver dónde se estabilizan los precios”, dicen los autores del artículo.

Vallaline Venezuela supera inflación ja Argentina et Sudamérica, pero sus niveles ya se asemejan a los de países de la Africa más pobre. En el historial negro del país, el pico más elevado de inflación sucedió a finales de la década del 1980. Durante un periodo caótico del final de mandato de Raúl Alfonsín, llegó a un casi increíble 3.000 por ciento. 2018, Macri, excedió el 30 por ciento. Pero ahora es el segundo pico más elevado de los últimos 50 años.

Del salario irrisorio de un médico 3.000 eurot iPhone'i eest

El riesgo país está por las nubes, casi como en la época del corralito de Fernando de la Rúa. Un médico en Argentina gana 378 dollarit, menos que una familia de 4 miembros subsidiada con planes sociales, en la que nadie trabaja. El apartado de subsidios y ayudas, precisamente, es una de las bolas de nieve que más ha crecido, de manera incontenible, en los últimos años. Solo en los primeros cinco meses, ese gasto estatal colosal (destinado no solo a parados, sino a madres desfavorecidas con hijos a cargo, familias numerosas sin ingresos declarados, piqueteros, miembros de organizaciones sociales afines afines afines afines adheridos que no trabajan) creció en términos nominales 130% en comparación con el mismo lapso de 2021, lo que representa, descontando el efecto de la inflación, un salto en términos reales cercano al 50 por ciento del gasto del presupuesto nacional.

Todo ello, con un telón de fondo escalofriante: gran parte de la majandus on mitteametlik, con salarios en negro, sin altas registradas en la seguridad social, por lo que quienes aportan al sistema de manera oficial poeg cada vez menos.

El billete más grande de Argentina, el de 1.000 peesot, vale menos que el de menor circulación de la UE: equivale a 3,30 eurot, frente al de 5 de aquí. Un iPhone puede costar más de un miljonit peesot en tierras porteñas (más de 3.000 eurot), el ekvivalente a 60 jubilaciones mínimas argentinas, que acaban de subir a 50.000 150 peesot (poco más de XNUMX eurot mensuales). Pero Cristina de Kirchner kobra hoy 4.000.000 miljonit peesot mensuales por su doble pensión de expresidenta y por ser viuda de un presidente. Eso equivale a lo que reciben 110 juubelit al mes. Ella mantiene graves pleitos abiertos por corrupción en la Justicia. El reconocido periodista argentino Jorge Lanata reveló en su programa la semana pasada, en un informe especial, que la corrupción de los Kirchner le costó perder al país 37.000 miljonit dollarit.

Vahepeal on conurbano bonaerense, la zona más pobre y hacinada del país, los habitantes están regresando al sistema arcaico de trueques: kambia aceite por pañales, leche por azúcar… Esto recuerda a la recesión que acompañó a la corrida bancaria de 2001, cuando medio millón de person se reunían regularmente en los llamados clubes de “trueque”. La posibilidad de que regresen es reaalne.

Ante semejante stsenaarium, Borges ja Cortázar, Gardel y San Martín, y hasta el Quino de Mafalda llorarían desconsolados si se despertasen de sus tumbas. Pero también es verdad que el pueblo argentino tiene una asombrosa capacidad para levantarse entre los escombros, de volver entre las cenizas, de rearmarse hasta el próximo vendaval. La historia así lo demuestra. Habrá que ver si esta vez eso sucede…

POR SEBASTIÁN FERNÁNDEZ

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